Alas del desierto: descubriendo los secretos de los humedales costeros que guían a las aves migratorias

por Feb 2, 2024Medioambiente, Naturaleza

Entre el norte de Perú y la zona central de Chile, podemos encontrar una serie de humedales costeros que establecen una ruta migratoria para las aves, en medio de una zona dominada la sequía: es el corredor biológico más importante de la costa árida del Pacifico y tiene una extensión de 3.800 kilómetros. 

Los humedales presentes en esta ruta migratoria, son utilizados por las aves como zonas de descanso y alimentación. Son sitios de alta concentración de biodiversidad en comparación con sus alrededores, donde se puede encontrar diferentes ecorregiones, como el matorral costero y el desierto costero, desde el río Aconcagua hasta el río Elqui. También hay áreas en las que predomina el bosque seco tropical, como Tumbes-Piura en el norte de Perú. El clima varía de mediterráneo a semiárido en el centro-norte de Chile, hasta un clima tropical y semiárido en Perú. 

Valentina Kaid, bióloga y coordinadora de proyectos de conservación de la Fundación Cosmos, nos comenta que las aves migratorias que visitan este corredor biológico “hacen largos viajes desde Alaska y Canadá, como el zarapito (…) o el pitotoy grande. Algunas otras vienen desde más cerca, por ejemplo, el rayador, que viene desde la cuenca del amazonas, o el pájaro amarillo que viene principalmente desde Argentina y Paraguay. También nos visitan algunas especies de gaviotas y gaviotines, como el gaviotín elegante que viene desde México y California”. 

Rayador (Rynchops niger cinerascens). Fotografía de Fundación Cosmos.
Zarapito (Numenius phaeopus hudsonicus).  Fotografía de Fundación Cosmos.

El rol de las aves en el humedal

La conservación de estos humedales es esencial para que las aves migratorias sigan proporcionando los servicios ecosistémicos que cumplen en el entorno: polinización de plantas, dispersión de semillas y control de plagas. Kaid, explica que son puntos de parada críticos para las aves migratorias durante su viaje: en los humedales encuentran un lugar para descansar y alimentarse. 

Menciona que los humedales de esta zona actúan como “esponjas naturales que absorben las aguas de río y recargan las reservas subterráneas (…) disminuyendo las consecuencias de períodos de sequía”. 

Además de actuar como esponjas naturales, los humedales retienen nutrientes y actúan como amortiguadores de tsunamis  y marejadas. Al estar expuestos a estos fenómenos naturales, también son ecosistemas frágiles que tardan en regenerarse: “el aumento de la intensidad y frecuencia de eventos climáticos extremos, como la sequía prolongada, las lluvias o temperaturas extremas, son situaciones donde cambia fuertemente el ecosistema de un humedal costero. Las especies que los habitan, pueden enfrentar dificultades para adaptarse a estos cambios rápidos en las condiciones ambientales. Un ejemplo de esto sería el río Maipo y su desembocadura. En 2023, la sequía y las marejadas, provocaron que el río no tuviera la fuerza suficiente para desembocar en el mar”, explica la bióloga . Si a esto se le suma el cambio climático, según la experta, el aumento del nivel del mar genera erosión costera, provocando la pérdida de hábitat para las especies que dependen de estos sitios.   

Cuenca del río Loa. Fotografia extraída del Ministerio de Medio Ambiente.
Desembocadura del río Loa. Fotografia extraída del Ministerio de Medio Ambiente.

Según las investigaciones más actualizadas, hay 77 humedales en esta ruta de la costa árida de Sudamérica. En este corredor biológico, específicamente en el tramo de la zona norte de Chile, los humedales ocupan un rol vital: los que están dispersos entre Chañaral hasta Caleta Camarones, están alejados entre sí, alargando las distancias de vuelo. En una extensión de casi 1000 kilómetros, podemos encontrar seis humedales según el “Atlas de Humedales Costeros de la Costa Árida-Semiárida del Pacífico Sudamericano” de la iniciativa Humedales Costeros. 

En este tramo, al estar ubicado en el desierto más árido del mundo, la disponibilidad de agua es limitada. Esto se debe, lamentablemente, a la alta demanda sobre este recurso en un área donde es necesaria para el consumo humano y en gran escala, para la agricultura y la industria minera. 

Considerando la distancia entre humedales, la conservación del recurso de agua se vuelve fundamental para la protección de la biodiversidad presente en el lugar. Según Valentina Kaid, “hasta un 60% de las especies de animales del planeta viven o pasan por humedales en algún momento de sus vidas”.

Santuario Humedal Río Maipo. Fotografía de Fundación Cosmos.

Estrategias de conservación

La coordinadora de proyectos de conservación de la Fundación Cosmos, se refiere a diversas estrategias que se pueden implementar para la protección de los humedales costeros. Entre ellas, menciona que la “gestión integral a nivel de cuenca” es muy importante. Esto quiere decir que, para la conservación del ecosistema, hay que colaborar con los actores clave de las cuencas “porque todo lo que sucede en la desembocadura, es producto de todas las acciones que se encuentran aguas arriba”. Si se sigue utilizando el recurso hídrico desmedidamente, la disponibilidad de agua que da sustento a la biodiversidad, será cada vez más limitada.

También agrega que “lo mismo sucede al nivel de la zona costera, también es necesaria una coordinación de los actores locales y actores clave de los diferentes humedales costeros de una zona, para asegurar que existan parches de conectividad para las aves y otros animales”. 

En definitiva, la conservación de estos humedales es esencial para la preservación de la biodiversidad y para que las aves migratorias sigan visitando estos espacios. La educación ambiental transversal es fundamental y de esta forma, los ciudadanos pueden conocer a las diferentes especies que habitan estos oasis de biodiversidad para protegerlas. 

Zarapito (Numenius phaeopus hudsonicus).  Fotografía de Fundación Cosmos.

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