Época de tábanos: Polinizadores claves para el equilibrio del ecosistema

por Ene 8, 2025Medioambiente

Es un día de playa tranquilo, cuando de repente escuchas que se acerca algo, sientes un zumbido y ya sabes qué es. Muchos con solo escucharlo ya se imaginan la picadura que tendrán e intentan alejarse o incluso atacar a este insecto que probablemente no sea tu favorito, pero que posee un rol fundamental para la naturaleza.

El tábano (Osca lata), también conocido como coliguacho, es una especie de díptero de la familia de los tabánidos, que habita tanto el sur de Chile como el de Argentina. Se caracteriza por ser de color negro y por tener  pelos anaranjados en su abdomen. Su tamaño varía de mediano a grande, superando a una abeja en dimensiones,  ya que puede llegar a medir hasta 3,5 centímetros.

Su temporada alta, que es cuando podemos verlos con una mayor frecuencia, se concentra entre diciembre y febrero, teniendo su peak durante el mes de enero. Durante este período es común encontrarlos en zonas que estén cerca de cursos de agua, incluyendo playas, bosques y zonas rurales en el sur del país. 

Pese a que su comportamiento pueda resultar molesto, la presencia de los tábanos es crucial para la salud de varios ecosistemas. El profesor y bichólogo, Cristóbal Sprätz, se refirió a lo importante que es esta especie, “es un tremendo polinizador, además es parte de la cadena trófica, lo que significa que es el alimento de muchos invertebrados y vertebrados. Las arañas, lagartijas y pájaros insectívoros, como el chucao, son algunos de sus depredadores”.

Por otro lado, el bichólogo destacó que son bioindicadores de lugares poco alterados, “entonces cuando estoy en un parque nacional y hay tábanos, eso significa que está saludable”, afirmó.

Créditos: Cristóbal Sprätz.
No todos los tábanos pican, debido a que solo las hembras son hematófagas, es decir que necesitan de sangre animal, que incluye la de los humanos, para la producción de sus huevos. Lo que las atrae, son las emisiones de dióxido de carbono (CO2), producidas por la transpiración. Sprätz recomienda no usar ropa de color negro si se asistirá a lugares en donde frecuentan estos polinizadores, como playas o parques, ya que el uso de este tipo de telas hace que transpiremos más de la cuenta y emitamos más CO2.

Aunque poseen una gran importancia ecológica, los tábanos no suelen ser muy bien recibidos por muchas personas, en especial en espacios turísticos, “este rechazo es porque cuando estamos en verano y transpiramos haciendo trekking o deporte todo el CO2 que liberamos atrae a las hembras, explicó Sprätz y agregó que lamentablemente pican muy fuerte. 

Según una ficha técnica elaborada por Producción Animal, se estima que la hembra pone de 100 a 1000 huevos, sobre plantas acuáticas o suelo húmedo, las larvas nacen luego de una semana, luego hibernan hasta el comienzo del verano para transformarse en pupas que viven de 30 a 60 días en el caso de las hembras,  los machos al contrario suelen morir poco después de la cúpula.

Cabe recordar que detrás del dolor que pueda causar una picadura, el temor o incomodidad que puedan generar, en el tábano existe un trabajador esencial para la conservación del medioambiente, cuyo esfuerzo merece más respeto que rechazo.

Créditos: Cristóbal Sprätz.

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