Especies exóticas permiten que pumas y zorros de los Andes Centrales puedan cohabitar
El zorro culpeo y el puma tienen un nicho ecológico que se superpone, es decir, se relacionan con las mismas especies, en el mismo momento del día y comparten una dieta similar. Normalmente cuando esto ocurre la competencia genera que una de las especies se vea obligada a desplazarse. Sin embargo, un estudio científico concluyó que especies exóticas como la liebre y el conejo hacen posible que estas dos especies cohabiten.

Tomás Ortega
Septiembre 3, 2020

Investigadores del Proyecto Carnívoros Australes, el Dept. of Fish and Wildlife Conservation de Virginia Tech (Estados Unidos) y del Dept. de Ecosistemas y Medio Ambiente de la Pontificia Universidad Católica, se desplazaron a la Reserva Nacional Río Cipreses y sus alrededores para estudiar el comportamiento e interacción de los dos depredadores topes que podemos encontrar en ese territorio: el puma (Puma concolor) y el zorro culpeo (Lycalopex culpaeus).
En términos ecológicos cuando dos depredadores comparten el mismo espacio y la misma dieta, en definitiva, el mismo nicho, ocurre un fenómeno denominado exclusión competitiva, según el cual dos especies no pueden coexistir si ocupan exactamente el mismo lugar. Este principio predice que las especies deben segregarse al menos de forma parcial a través de una o más dimensiones ecológicas de su nicho (espacio, recursos y momento de actividad en el día, entre otros) para poder coexistir.
El estudio comandado por el científico Christian Osorio analizó el desplazamiento de pumas y zorros que cohabitan para determinar qué tipo de relación tienen, y porqué es posible su coexistencia. La investigación estudió el espacio en el que cohabitan estas especies y ciertos patrones en la actividad diaria. Además, se hizo un análisis en las fecas para saber que estaban comiendo habitualmente..

a) Puma b) Zorro culpeo / Fotografías por Christian Osorio
Resultados de la investigación
Una de las conclusiones de esta investigación fue la amplia superposicón espacial, es decir, las dos especies cohabitan en el mismo lugar, además de una asociación positiva entre carnívoros. “Uno de los resultados más interesantes de este estudio, para mí, es que pumas y zorros segreguen nicho ecológico principalmente en el eje trópico, siendo que estudios similares en otras áreas de Latinoamérica han encontrado segregación espacial, y nosotros no encontramos”, sostuvo Christian Osorio, encarcado de la de la investigación, quien conversó con Austerra Society
¿Por qué ocurre esto, si en un comienzo comentamos que dos carnívoros difícilmente podrían coexistir?
Se registró que el puma y el zorro conviven en el mismo espacio y tiempo debido a una segregación en sus dietas, que están basadas principalmente en conejos, liebres, pequeños mamíferos nativos y semillas. Normalmente el puma se alimentaba de la caza de vizcachas y guanacos, pero debido a la disminución de estas especies por causas humanas, se ha visto forzado a cambiar su alimentación. El estudio descubrió que actualmente el león de los andes cambia sus hábitos dependiendo de la temporada para coincidir con los momentos de mayor actividad de las liebres, algo nunca antes visto. «las vizcachas y guanacos están en tan bajas densidades poblacionales en la reserva que prácticamente no participan de la comunidad ecológica –lo que se conoce como “extinción ecológica– y han sido reemplazadas por especies introducidas, como la liebre y el conejo», dijo el investigador.

En las conclusiones se determinó que especies exóticas como la liebre y el conejo son claves para la vida silvestre de los Andes Centrales. “Frente a la preocupante disminución de las presas nativas, las presas exóticas están subsidiando a los carnívoros” , comentó Osorio. Esto es importante ya que las políticas de conservación y restauración de la biodiversidad en Chile generalmente consideran la exterminación de estas especies exóticas. En ese sentido, la investigación sugiere que antes de aplicar cualquier control de especies introducidas en los Andes Centrales, se debe generar un plan de conservación del guanaco para que el Puma no se vea afectado por el déficit de alimento, mientras que el zorro puede basar su alimentación en semillas y mamíferos pequeños.

Fotografía por Christian Osorio

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