Gripe aviar: el importante rol que cumplen los humedales en la prevención contra su propagación

por Abr 6, 2023Medioambiente

En Chile existen cerca de 18 mil humedales, pero solo el 2% de ellos cuenta con algún tipo de protección. Son 1.460.400 hectáreas que  equivalen a 20 veces el tamaño de Santiago y que son claves en la prevención del contagio de enfermedades como la gripe aviar. Su deterioro, la escacez hídrica y el poco cuidado que se tiene con los animales domésticos son algunas de las amenazas.

A la fecha al menos 250 cisnes de cuello negro afectados por la gripe aviar han sido retirados del Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter de Valdivia. Las aves han sido halladas sin vida o con dificultad para nadar, lo que ha obligado a la autoridad sanitaria a retirarlos y luego incinerarlos. 

Según autoridades del SAG, desde que se detectó la gripe aviar hace casi dos semanas, han realizado vigilancias en las cerca de 20 mil hectáreas del espacio protegido, como en el radio de dos kilómetros alrededor de este lugar. Sin embargo, expertos creen que la situación podría empeorar y se proyecta que la mortandad podría afectar entre el 10% y el 15% de los cisnes del santuario.

La gripe aviar hiperpatogénica, subtipo H5N1, es una enfermedad zoonótica viral que afecta principalmente a aves domésticas y silvestres. Apareció por primera vez en las aves de corral del sudeste de Asia entre 1997 y 2003. En ese entonces se produjo una serie de brotes del virus que no tenía precedentes en la historia de la humanidad en cuanto a virulencia y alcance geográfico. El virus se propagó a través de Asia, Oriente Medio, África y Europa, y tuvo importantes consecuencias para los medios de subsistencia de las comunidades rurales dedicadas a la cría de aves domésticas y también para las medidas de conservación de la naturaleza, en especial la de los humedales.

Cisnes de Cuello Negro en el Santuario de la Naturaleza Carlos  Anwandter.

La falta de comprensión del papel de las aves silvestres en la epidemiología de la enfermedad dio lugar a actitudes públicas negativas hacia las aves acuáticas y sus hábitats, además de que se generó una gran preocupación por la eventualidad de que el virus mutara y se produjera una pandemia de gripe humana. Fue en la COP9 (2005)  y luego en la COP10 (2008), donde se afirmó la pertinencia de los humedales y la Convención de Ramsar para las cuestiones relativas a la reducción de la pobreza y a las enfermedades, en particular la gripe aviar hiperpatogénica.

Según datos del Ministerio del Medio Ambiente, en Chile existen cerca de 18 mil humedales, pero solo el 2% de ellos cuenta con algún tipo de protección. Son 1.460.400 hectáreas que  equivalen a 20 veces el tamaño de Santiago.

Tal es el caso del Santuario de la naturaleza Carlos Anwandter que se originó como consecuencia del terremoto de Valdivia de 1960. El sismo causó el hundimiento de las riberas del río Cruces, formando un humedal de más de seis mil hectáreas, que con el paso del tiempo se pobló de flora y fauna acuáticas. En 1981, 4877 hectáreas del humedal se declararon Santuario de la Naturaleza por el Ministerio de Educación y ese mismo año el humedal se convirtió en el primer sitio Ramsar de Chile.

Estero Zamorano San Vicente de Tagua Tagua 

Sin embargo, la gran mayoría de los humedales del país no están protegidos y la sequía y el deterioro que sufren estos ecosistemas es un factor clave en la propagación de enfermedades como la gripe aviar. Uno de sus efectos, es que la escasez hídrica propicia el acercamiento de las aves silvestres en busca de recursos como alimento y agua a las explotaciones de aves de corral, de modo que el salto del virus H5N1 de un ave silvestre a una gallina o un pavo de corral se vuelve inminente. 

“En general, la conservación de los humedales en un estado lo menos intervenido posible, se considera como freno o prevención del contagio”, explica Javiera Constanzo, Médica Veterinaria de la Universidad de Chile y Magíster en Medicina de la Conservación de Tufts University. “Hay una correlación ahí, entre más protegido y menos intervenido tengamos a los humedales, si las aves tienen un lugar adecuado para llegar, menos posibilidad va a haber de que las aves silvestres interactúen con las aves domésticas ”. 

Además, hoy en día la desprotección de muchos humedales o la escasa oferta de ellos, provoca que muchas más aves migratorias de diferentes especies se congreguen y prefieran un mismo humedal, facilitando la propagación de enfermedades. “Entre mayor sea la oferta de ambientes aptos que les brindemos, menos congregaciones grandes van a haber en cada uno porque van a poder elegir entre varios”, afirma Constanzo quien actualmente trabaja para la Wildlife Conservation Society.

Tranque de Millahue San Vicente de Tagua Tagua

También sucede que en Chile, entre la cuarta y la sexta región la oferta de humedales es poca y los embalses de regadío son hartos. Según la experta, cuando se quiere regar un predio, se generan lagunas de regadío o espejismos de agua en zonas que son más bien áridas, esto  provoca una interfaz que propicia el contacto y por lo tanto el contagio entre aves silvestres y domésticas. 

Así mismo, es importante recordar que no está permitido el ingreso de animales domésticos a áreas protegidas, debido a que si llegasen a haber  aves con influenza,  es probable que el contagio se genere fácilmente, por lo que es importante que las medidas de conservación estén bien aplicadas. 

“Lo que sí afecta directamente, es que entre menos intervención haya menos estrés va a ver en el ambiente y el tener animales menos estresados, significan que van a tener un sistema inmune más apto, entonces tienen más herramientas para combatir enfermedades, por ese lado uno podría aportar sin duda”, afirma la Médico Veterinaria. 

Pese a que las enfermedades son parte de los ecosistemas como parte de la regulación de las poblaciones, y que un área protegida no va a blindar a la fauna de una enfermedad,  conservar los humedales es clave en la contención de la propagación de enfermedades altamente propagables como la gripe aviar.

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