Princesa Monomonkey: la veterinaria chilena que lucha por inaugurar su propio centro de rehabilitación animal víctimas del tráfico ilegal en el Amazonas

por Sep 10, 2023Cultura, Medioambiente, Naturaleza, Outdoor

Directamente desde el encantador bosque tropical de Ecuador, la Dra. Romina Guardia Macías, destacada veterinaria egresada de la Universidad de Chile y más conocida como Princesa Monomonkey en Instagram (@princesamonomonkey) hoy aboga por un propósito conmovedor: la protección y conservación de animales víctimas del tráfico ilegal en el país. Este ha sido el motor principal de su lucha desde 2021. Actualmente trabaja por cumplir su sueño a través del Proyecto Ramon´s Rescue Center, desde la pequeña localidad de Puyo, en la provincia de Postaza.

 Siempre digo que la flora y la fauna pueden vivir felices sin nosotros, incluso mejor, pero nosotros sin ellos no podemos. Hay que tomar conciencia de la importancia de los ecosistemas, porque todo está unido. Si cae uno, cae el otro, hasta que finalmente cae el ser humano”, son las claras palabras de Romina. Siempre ha reflexionado profundamente acerca de la importancia del cuidado de la tierra, quien es la que nos da todo para vivir. Sostiene firmemente que todos podemos aportar nuestro grano de arena en un gran desierto, y que, si la gente trabaja en equipo por una misma causa, los caminos se unirán solos.

Desde que era una niña su madre la impulsó a adquirir mayor conciencia medioambiental para convivir con su entorno, siempre teniendo en consideración lo que ocurría en el planeta. Al crecer, los documentales de Animal Planet y National Geographic se convirtieron en su mayor compañía para pasar las noches. Poco a poco comenzó a reflexionar acerca de su sentir frente a todo el daño que se ha generado en el mundo durante las últimas décadas. “No me puede dar solo rabia, yo tengo que hacer algo y debo ser parte de esto”, fueron sus palabras antes de tomar sus maletas y emigrar hacia las lejanías del Amazonas.

Dra. Romina Macías trabajando con los primates durante su voluntariado en 2021. 

En muchos países es ilegal poseer fauna silvestre, y la Amazonía es el blanco de los traficantes, a causa de la biodiversidad de las especies. Entre los más afectados se encuentran los felinos, aves, loras amazónicas, boas y reptiles, entre otros. Algunos son explotados por la industria de la moda, y otros son domesticados al convivir en un hábitat que no les corresponde. Varios de ellos son capturados de las garras de estas personas y son decomisados por las autoridades para ser enviados a diversos centros de rescate, los que lamentablemente, no reciben ayuda del gobierno. 

Así es como Romina llegó a uno de estos lugares, con el propósito de realizar un voluntariado de tan solo un mes. Sin embargo, la belleza de su profesión permitió que se expandiera hacia nuevos horizontes, y ejerció su labor como veterinaria en un centro de rescate durante cuatro meses, aproximadamente. Este lugar era reconocido por ser una especie de orfanato, pero, al fin y al cabo, en la práctica seguía siendo un zoológico al tener fines turísticos. No obstante, este concepto no terminaba de cuadrarle del todo a Romina.

La destacada veterinaria formó una profunda conexión con Ramón, un mono bebé que estaba bajo su cuidado. Le dedicó atención, amor y mucho tiempo, para que después pudiera ser liberado junto al resto de los primates y convivir en su hábitat. Pero con el pasar del tiempo, la administración del centro de rehabilitación cambió por completo su foco principal, y una de las  injusticias que tuvo que pagar fue el arrebato de Ramón por estas mismas personas, quien murió por no recibir los cuidados necesarios que la doctora sí le brindaba. Con el dolor de su alma retornó a Chile, sin saber con exactitud hacia dónde encaminaría su vida.

Romina trabajando como veterinaria en el bosque del Amazonas, Ecuador. 

“Tú eres la que habla con los animales”, era la icónica frase que definió la personalidad de Romina. El hecho de que el resto la reconociera por su indudable entrega con sus pacientes, la motivó completamente a seguir cultivando su potencial. Pero estaba en el lugar equivocado, debía volver a Ecuador: reconectándose con su interior, al pisar suelo chileno decidió que abriría su propio centro de rehabilitación en el Amazonas. “Yo me curé con los animales completamente, volvió otra Romina a Chile”, recordó con ilusión la veterinaria. Sin más preámbulos, entre idas y venidas de un país a otro, pisó los bosques tropicales ecuatorianos en noviembre de 2022 para cumplir su misión. 

Junto a la fundación Save The Monkeys y Yachana Foundation, consiguieron un terreno de tres hectáreas dentro de mil hectáreas de selva protegida en la Provincia del Napo. La construcción comenzó hace  apenas dos meses  y ya cuentan dentro de sus instalaciones con dos jaulas de preliberación animal, donde las especies se rehabilitan con la finalidad de ser enviadas a su hogar: la naturaleza. Estas destacan dentro del mercado por ser de última tecnología, y a Romina le otorga un plus, ya que nadie más las tiene en Ecuador.

Hoy en día, el paso por seguir es la construcción de la clínica, un área de cuarentena y una sala de nutrición. Con ello estaría cumpliendo el requisito mínimo para postular a los permisos gubernamentales. “Los centros ya no dan abasto, entonces mientras yo cumpla con las exigencias, ellos deberían darme el permiso”, comentó Romina.

Por otro lado, también tiene otros proyectos en mente. Quiere potenciar la ciencia y la investigación sin perjudicar a los animales: “Lamentablemente, en fauna silvestre falta mucho estudio, lo que limita el trabajo de los biólogos y veterinarios. Por ejemplo, si uno quiere buscar cuál es el protocolo anestésico de cierta especie, sólo hay un reporte a nivel mundial, entonces no podemos confiar 100% en eso”, reflexionó. 

La Dra. Romina Macías realizándole un procedimiento médico a uno de las especies más perjudicadas por el tráfico ilegal de fauna silvestre: los reptiles. 

La Princesa Monomonkey lucha por su propósito en esta vida, y también quiere que lleguen voluntarios de todo el mundo para cumplirles el mismo sueño que ella tuvo hace un par de años atrás. Toda esta experiencia la ha llenado de vida, porque además del servicio social, aprendió a enfrentar sus miedos, escapar de sus fantasmas de noche en la selva al medio de la nada, convivir con insectos de todo tipo y, por sobre todo, a respetar cada vida que forma parte del ecosistema, porque todas cumplen funciones vitales para el desarrollo sustentable de nuestro planeta tierra. Soñar no cuesta nada, y luchar por ello, lo es todo

«Princesa Monomonkey» en el Amazonas, Ecuador. 

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