Rapaces Australes: inauguran en Valdivia el primer centro de reproducción de aves rapaces del sur de Chile en un compromiso por su conservación

por Feb 17, 2024Medioambiente, Naturaleza

Excelentes noticias para la conservación, inauguran en Valdivia el primer Centro de Conservación de Aves Rapaces del Sur de Chile. Bajo el nombre de Rapaces Australes, este centro nace con el objetivo de reproducir y reintroducir aves rapaces amenazadas para mejorar el estado de conservación de sus poblaciones y proveer los servicios ecosistémicos de estas majestuosas aves.

La historia detrás de este proyecto es tan inspiradora como su propósito. Todo comenzó como un sueño personal de Brayan Zambrano, médico veterinario de formación y apasionado por la conservación de la fauna silvestre. «La idea nació como un proyecto personal, de contribuir a la conservación de estas aves y dar conocer sus servicios ecosistémicos», afirma el fundador del proyecto. 

Fotografía de Rapaces Australes.

Originario de Santiago y egresado de la Universidad Andrés Bello, Zambrano se embarcó en un viaje de autodescubrimiento que lo empujó a salir de la sala de clases y conocer los centros de rehabilitación de fauna silvestre de la Región Metropolitana. Su pasión por las aves rapaces se encendió cuando, por primera vez, puso pie en el Centro de Rehabilitación de Aves Rapaces de Talagante (CRAR) y presenció la majestuosidad de águilas, jotes, cóndores y más.

«Cuando no conocía ni el nombre de los tiuques, llegué al centro de Talagante y aquí cambió mi vida, al ver que habían águilas, halcones, cóndores y buhos en Chile. Pensé que tenía que hacer algo para dedicar toda mi vida a trabajar con ellas», recuerda Zambrano con emoción. 

Fue con ese encuentro que decidió sumergirse por completo en el estudio científico de las aves rapaces en Chile y gracias al consejo de un científico que conoció ahí: el Dr. Daniel Gonzalez, lo que posteriormente lo motivó a entrar al doctorado en Medicina de la Conservación.

Brayan Zambrano, fundador de Rapaces Australes.

Pero el camino no fue fácil. Se enfrentó a la necesidad de buscar más conocimientos técnicos de cómo hacer conservación. Sin grandes ilusiones, un día simplemente le escribió a The Peregrine Fund, una ong fundada en 1970 dedicada a la conservación de aves rapaces amenazadas y en peligro de extinción en todo el mundo. Para su sorpresa uno de los científicos de la ong lo invitó a trabajar durante un mes junto a él. Ahí aprendió las técnicas que llevaban ellos a cabo para la conservación y el rewilding que tanto soñaba hacer en Chile. 

Así fue como después de un largo camino de aprendizaje, determinación y compromiso, la semana pasada, el médico veterinario finalmente recibió la confirmación del SAG para abrir legalmente, el primer centro de reproducción de aves rapaces con objetivos de conservación del país. 

Su objetivo principal será la reproducción de especies amenazadas internacionalmente como el aguilucho cola rojiza y también otras amenazadas a nivel local, como el concón, peuquito, entre otras, para así mitigar los impactos antropogénicos producidos en nuestro país sobre estas importantes aves. 

Para esto, el centro Rapaces Australes recibirá aves que provengan de centros de rehabilitación de fauna silvestre o que hayan sido rescatadas por el SAG. Luego, serán alojadas en jaulas especiales para facilitar su reproducción, donde se emparejarán y se les brindará el cuidado necesario. Sin embargo, el verdadero desafío comenzará cuando nazcan las crías. 

Fotografía de Rapaces Australes.

Para llevar a cabo la reintroducción de estas en la naturaleza, se requiere de estudios elaborados con rigurosidad científica, que permitan tomar decisiones técnicas previas a su liberación. “Ya tenemos algunos parámetros técnicos, como por ejemplo, las características del hábitat donde se reproduce el aguilucho cola rojiza, información que utilizaremos para planificar el rewilding. Nuestros estudios financiados por Hawkwatch International e International Bird Conservation Partnership (IBCP) nos han tomado un par de años. Gracias a la ayuda en terreno de voluntarios y estudiantes que han realizado su práctica profesional, estas investigaciones ya están en su proceso de publicación en revistas científicas, lo que nos permitirá hacer conservación basada en ciencia”, explica el experto.

Sin embargo, no basta con la información técnica, también se requerirá de la colaboración de voluntarios, propietarios o administradores de las tierras donde se realizará este proceso, y la colaboración de privados que quieran ser parte de este titánico proyecto de conservación de la naturaleza. 

La reintroducción utilizará técnicas como el hacking: nidos artificiales que contendrán a las nuevas crías de aves rapaces y los cuales serán monitoreados por personas especializadas. Esto se llevará a cabo en áreas que cumplan con requisitos específicos como la ausencia de la especie de ave rapaz a liberar, ausencia o manejo previo de amenazas antropogénicas (caza ilegal y tala) y además, se priorizarán las áreas donde se detecte la necesidad de sus servicios ecosistémicos. 

Esto último, dado que la iniciativa no solo busca proteger a las aves rapaces, sino que también beneficiar a la comunidad al, por ejemplo, reducir los daños en los cultivos que algunas aves puedan provocar. Gracias al rol ecológico que ejercen las aves rapaces, de depredación y control poblacional de presas sobre otras aves consideradas “plagas” por su alta abundancia, los agricultores se verían grandemente beneficiados.  

Fotografía de Rapaces Australes.

“Hay que trabajar en hacer partícipe a la gente, porque es probable que algunos sean parte de la amenaza hacia estas aves, entonces tenemos que convertirlas en aliadas por la conservación de estas especies. Por ejemplo, vincular su protección al turismo, para que después la presencia de estas aves en algún predio sea atractivo y se busque protegerlos porque tiene un valor extra”, agrega el veterinario.

Con este objetivo en mente, el centro se convertirá en un espacio de educación ambiental y conciencia sobre la importancia de proteger a estas aves y su entorno natural. «Necesitamos reforzar los lazos bioculturales en torno a las aves rapaces para así aumentar la comprensión de sus servicios ecosistémicos, que aumentan nuestro bienestar», destaca Zambrano.

La apertura de Rapaces Australes marca un hito significativo en la historia de la conservación en Chile. Es un recordatorio de que, con determinación y compromiso, podemos marcar la diferencia en la protección de nuestro invaluable patrimonio natural. 

Como bien lo entienden en Rapaces Australes: «La conservación es análoga a una cirugía, por ejemplo, en una cirugía se requiere de múltiples conocimientos para tratar una enfermedad, como: la fisiología, farmacología, anatomía, etc. Y en conservación necesitamos un enfoque multidisciplinario con conocimientos de la ecología, estadística, sociología, entre otras sabidurías, para tratar las amenazas antropogénicas sobre la vida silvestre”.

Al final, la visión va más allá de simplemente salvar a estas aves; se pretende restablecer sus roles ecológicos y generar efectos cascadas que repercutan en los ecosistemas y por consiguiente, sobre nuestro bienestar.

El centro no solo será un refugio para la conservación de las aves rapaces, sino que también demuestra el poder que tenemos como individuos para impulsar el cambio y proteger nuestro planeta para las generaciones venideras.

Fotografía de Rapaces Australes.

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