¡Tremenda! La joven nadadora chilena Amanda Torres se convirtió en la primera sub 15 en competir en aguas gélidas representando a Magallanes

A los 14 años, Amanda Torres Piffaut (@amanda._tp) logró un hito inédito: convertirse en la primera representante de la región de Magallanes, Chile, en competir en aguas gélidas. No solo fue la más joven en participar en la “4ta Travesía Binacional en Homenaje a Darío Chacano”, sino que además obtuvo el segundo lugar junto a su compañera María Jacqueline Antúnez.

El evento, realizado en el Canal Señoret, reunió a nadadores de ambos lados de la Patagonia chilena y se desarrolló bajo condiciones extremas: con temperatura de cinco grados Celsius, fuerte oleaje e intensos vientos.

Todo inició con un cartel en una cafetería. Víctor Torres, el padre de Amanda, vio el anuncio de la competencia y le propuso el desafío a su hija. Amanda, quien desde hace dos años entrena en el taller municipal de natación con la profesora Katherine Monteverde, aceptó sin dimensionar la magnitud de lo que algún día lograría. “Para mí fue todo muy inesperado, pero fue por sobre todo una linda experiencia haber participado en esta competencia”, afirma la joven.

Créditos: Amanda Torres.

Créditos: Amanda Torres.

La apuesta se concretó una vez María Jacqueline Antúnez, nadadora de aguas abiertas y profesora, decidió sumarse para compartir la posta con Amanda. “Desde que la conocí, me gustó la idea de nadar juntas. Ella es muy cauta, paciente y sabia. Sabe hasta dónde llegar, y sabe escuchar”, comparte Jacqueline, destacando la mezcla de humildad y determinación que observó en ella desde un comienzo.

El entrenamiento previo a la hazaña fue breve: nadaron apenas cinco sesiones en el mar de extremo frío. Así, prontamente descubrieron que lo más desafiante no se trataba de la técnica, sino más bien de las implicaciones del clima. “Tuvimos esas cincos oportunidades de proceso de ambientación, con días bonitos y despejados, y otros más complicados. Pero Amanda lo supo tolerar todo. Cuando me di cuenta de que realmente podía, el corazón se me aceleró”, comenta la entrenadora Katherine.

El pasado mes, un 18 de mayo, Amanda se lanzó sola al agua, compartiendo el espacio con nadadores más grandes experimentados. Por un momento Nicole Piffaut, su madre, la perdió de vista entre las olas y los demás competidores. Recuerda haberle preguntado a Katherine: “¿Cuál es Amanda?”. La entrenadora le señala a quien se encontraba en primer lugar nadando hacia ellas.

Créditos: Amanda Torres.

Créditos: Amanda Torres.

El logro de la joven, además de tratarse de un hito regional deportivo, fue por sobre todo un reflejo de constancia y trabajo interior. “Aprendí a superarme a mí misma. Nunca se me pasó por la cabeza entrar en aguas gélidas. Aparte, el día de la competencia fue un poco diferente a lo que habíamos entrenado, ya que las temperaturas estaban aún más bajas. Fue todo un desafío físico y mental”, expresa Amanda. Así, la competencia no solo puso a prueba su cuerpo, sino también su capacidad de adaptación a un entorno extremo. “Es fundamental asumir que entrar en un mar tan frío te va a doler; y que ese dolor será parte de tí. Lo importante es prepararse para sobrellevarlo y mentalizarte para ello”, reflexiona Jacqueline.

Créditos: Amanda Torres.

Participar en una travesía en el extremo sur del continente también implica convivir con un clima cambiante y, muchas veces, impredecible. “El viento acá llega a muchos kilómetros por hora, lo que puede resultar incómodo. Por lo mismo, es clave aprender a convivir con condiciones inciertas”, asegura Jacqueline. En lugar de ver esta situación como una desventaja, las nadadoras la abrazan y la transforman como parte de su crecimiento personal. “Aquellas cosas que piensas que te restan, en realidad te suman. Todo es cuestión de perspectiva”, ambas coinciden.

Bajo aquel contexto natural, también nace una relación de respeto profundo con el entorno. “Siempre trato de comentarle a Amanda lo esencial que es estar en paz con uno mismo. Si está todo bien por dentro, estará todo bien afuera. Es fundamental la autoconfianza y la calma”, agrega Jacqueline. El vínculo con el agua, el frío y el viento deja de ser una lucha y se convierte en un acto de conexión con la naturaleza. “Es crucial pedirle permiso al ambiente”, coinciden las dos compañeras con aquellas palabras aconsejadas por Bárbara Hernández, nadadora chilena de aguas glaciares -conocida como la Sirena de Hielo-. 

Créditos: Amanda Torres.

Para la entrenadora, cualquier logro trasciende la medalla: “Disfruta el cansancio. Si no te cansa, estás en tu zona de confort y, por tanto, no podrás llegar más allá”. Y ese más allá, en el caso de Amanda, ya está en la mira, pues planea seguir compitiendo, entrenando y alcanzando más logros que le permitan ir cada vez más lejos.

Hoy, en definitiva, la región de Magallanes tiene una nueva referente. Tanto por la marca que dejó en aguas de cinco grados, como por demostrar que el verdadero desafío recae en conocerse y superarse a sí mismo, Amanda es una tremenda representación de que la edad resulta irrelevante cuando existe un fuerte deseo de lograr sus propias metas.

Créditos: Amanda Torres.

Créditos: Amanda Torres.