Detalles de «Vill Zoo», el criadero familiar autorizado por el SAG que alberga más de 100 pudúes en Concepción

por Mar 20, 2025Medioambiente

En la región del Biobío, Sergio Rocco se ha convertido en una figura destacada por su dedicación a la conservación del pudú. En su criadero de Villuco, Concepción, ha logrado albergar a más de 100 ejemplares de esta especie vulnerable, proporcionándoles un refugio vital ante la disminución de su población silvestre.

Situado en el domicilio de Sergio Rocco, el criadero «Vill Zoo» ha prosperado significativamente durante más de 20 años. De hecho, su hija, Carolina, relató que el proyecto inició con 10 pudúes y, para 2023, ya superaban los 110.

Foto: Sergio Rocco | Facebook. 
Ubicada en la ladera de un cerro, la residencia alberga a los pudúes en un entorno adaptado a sus necesidades. Para garantizar su seguridad, se han instalado rejas de acero que impiden el acceso de otros animales. Por otro lado, la dieta de los pudúes incluye diversas verduras, como zanahorias, y se toman medidas para proteger la vegetación local de su apetito.

Desde los 12 años que Sergio Rocco es fanático de los animales y, por lo mismo, los ha criado como hobby durante más de 45 años. Su idea siempre ha sido mantener un centro de reproducción y mantención de aves y animales en peligro de extinción, que se encuentren en las mejores condiciones y en un ambiente que sea lo más natural posible.

«Es una labor muy noble, y sabemos que lo hacemos con cariño, considerando que estamos conservando una especie que está en peligro de desaparecer (…). Realmente deberíamos valorar al pudú, porque es muy tierno, amoroso y súper especial», comentó Sergio Rocco al Diario Maule Hoy (2023).

Javier Cabello, médico veterinario y fundador del Centro de Conservación “Chiloé-Silvestre”, explicó que, desde su punto de vista, “un criadero no es negativo para la conservación porque es con fines particulares, pero no tiene ningún tipo de relación con ella, ya que mantiene animales con un pool genético antinatural»

Por otro lado, mencionó que “la única implicancia negativa es que se escapen o se liberasen intencionalmente en el medioambiente natural, ya que estaría afectando su diversidad genética y creo que sí sería un gran daño”.

El experto realizó su doctorado en genética de conservación, donde trabajó con pudúes, zorros y la ranita de Darwin. Trabaja en fauna silvestre hace 20 años y con pudúes por 15 años. Durante su análisis de animales de criaderos, apareció la genética de distintos lugares de Chile, por ende, “introducir un animal de ese tipo podría perjudicar a los animales nativos naturales”, mencionó.

Foto: CODEFF. 
Por otro lado, explicó que los animales de criaderos podrían ser utilizados con fines de investigación, lo que va a depender del propietario: “Se podrían hacer investigaciones de estilo de comportamiento y de valores hematológicos porque son animales que normalmente están sanos, entonces podrían servir de referencia al investigar a otros que padezcan alguna enfermedad o parasitismo por efecto de algunas vacunas”, detalló.

Según detalló, existen cuatro figuras legales en la Ley de Caza (ley 19.473) para estar dentro del Registro Nacional de Tenedores de Fauna Silvestre, el cual agrupa a aquellas personas e instituciones que, de una u otra forma, poseen o tienen animales de fauna silvestre chilena.

En estos tipos de centros están los de rehabilitación (1), donde los animales silvestres ingresan como un medio de paso para idealmente ser liberados en su hábitat natural, o incluso ser traspasados a un centro de reproducción. 

Los centros de reproducción (2) reciben animales que, por algún motivo, no pueden ser liberados, y tienen fines de conservación, es decir, reproducen especies en cautiverio para ser reintroducidas al medioambiente natural.

Luego están los centros de exhibición (3), donde los animales pueden ser mostrados. En esta categoría entran zoológicos o centros educativos que realizan actividades formativas con animales silvestres que no pueden ser liberados al medioambiente natural por diversos motivos. Por último, la cuarta figura vendría siendo los criaderos (4), donde cualquier persona natural o jurídica podría tenerlo si cumple con los requerimientos legales para ello. 

Asimismo, Javier Cabello explicó que un criadero los animales pasa a ser propiedad del dueño, a diferencia de las otras figuras que son propiedad del Estado y que están bajo custodia de centros de exhibición, centros de rehabilitación y centros de reproducción.

En este sentido, no existe un límite máximo de pudúes en un criadero, porque la capacidad depende de las condiciones del recinto. De hecho, actualmente hay 221 criaderos registrados en Chile, de los cuales solo siete albergan pudúes.

Al estar regulado por la legislación, el Servicio Agrícola Ganadero (SAG) exige el cumplimiento de criterios específicos para garantizar el bienestar y la seguridad de los animales, y todos los criaderos deben cumplir con las normas estipuladas por el organismo.

Requisitos del SAG

Según el Servicio Agrícola Ganadero, para operar un criadero de pudúes, o de cualquier otra especie silvestre autorizada, es obligatorio inscribirse en el Registro Nacional de Tenedores de Fauna Silvestre. Este registro exige el cumplimiento de diversos criterios que certifican las medidas de protección y seguridad de los animales.

En el caso de los criaderos, el SAG indica que la inscripción de un recinto de estas características debe acompañarse de antecedentes del propietario, como su cédula de identidad o RUT, dirección y más.

A la vez, deben incluirse los datos del propio criadero, como el RUT y la ubicación geográfica, así como un «plano de ubicación referencial del predio que señale las vías de acceso, cuerpos de agua que atraviesen el predio y número de rol del mismo».

En cuanto a las especies, como los pudúes, la inscripción debe evidenciar su origen, sexo y el número de ejemplares que estarán albergados en el criadero.

Otros antecedentes clave exigen una descripción y croquis de las instalaciones del recinto, que esté acompañado de datos como la superficie total; distribución, cantidad y tamaño de los corrales, jaulas, sala de incubación, sala de crianza u otros espacios que se utilizarán para la mantención de los animales y materiales empleados para su construcción.

Foto: Sergio Rocco | Facebook.
Consideraciones para la inscripción de criaderos

 

  • Normas o medidas de seguridad establecidas en el criadero para proteger a los animales y evitar su escape.
  • Elaboración de un plan de manejo sanitario, enriquecimiento ambiental, reproductivo, de alimentación del plantel y marcaje obligatorio de todos los ejemplares.
  • Currículum del médico veterinario a cargo de los ejemplares y otros especialistas asesores del centro.
  • Construcción de un plan de contingencia frente a posibles fugas de animales, incendios, emergencias sanitarias o ingreso de algún depredador.
  • Plan de cierre o abandono del proyecto, si corresponde, de conformidad con la legislación vigente en la legislación chilena.
Foto: The Clinic.

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