Volteo: el desconocido proceso en que los huemules renuevan sus astas

por Feb 26, 2023Medioambiente, Naturaleza

Cada año antes de desarrollar una cornamenta madura, los huemules pasan por un proceso de volteo, en el que sus astas se caen para dar comienzo al crecimiento de un par nuevo más fuerte y posiblemente más llamativo para sus futuras parejas. 

En el invierno de 2020 el fotógrafo de fauna Vladimir Cerda, junto con su amigo y también fotógrafo, Miguel Ortiz, se adentraron por el sector de las horquetas al Parque Nacional Cerro Castillo, con el desafío de fotografiar huemules en la nieve. Ese día el huemul apareció por el río, caminando entre la nieve, con la sangre todavía fresca.  

“Esos huemules los hemos seguido por harto tiempo, los fotografiamos, nos acercamos nos damos un par de vueltas por el camino hasta que los encontramos, generalmente son grupo de cinco y tres, pero esta vez fue entretenido porque en total entre grupos y solitarios vimos 23 huemules lo que fue un número importante igual para esa ruta”, afirma el fotógrafo. 

El huemul (Hippocamelus bisulcus) es una de las tres especies de ciervos nativos presentes en Chile. El macho, a diferencia de la hembra, crece un par de astas sencillas, de dos puntas, cuya rama posterior puede alcanzar hasta 30 cm de largo.

Pero ¿qué son y para qué sirven las cornamentas de los ciervos?

Huemul macho sin sus astas en el parque nacional cerro castillo.  Fotografía de Vladimir Cerda

La cornamenta es una protuberancia ósea compuesta por proteínas, fosfato cálcico y otros minerales como sodio, potasio o magnesio y es el tejido óseo que más rápido crece del mundo animal.

Su finalidad es ayudar al ciervo a competir con otros machos durante la época de apareamiento, la berrea, a comienzos del otoño. Además, “el tamaño y la complejidad de la cornamenta de los ciervos guarda una relación directamente proporcional con su fertilidad, indicando a las hembras cuál es el ejemplar más fértil”, según un informe del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España.

Pero ya entre el final del invierno y el comienzo de la primavera sucede el volteo. Un proceso natural que sucede cada año con la caída de la cornamenta y el comienzo de su ciclo de crecimiento. 

Durante ese periodo, los machos, que han perdido su arma de defensa, se sienten más vulnerables, suelen buscar refugio entre la maleza  y son más difíciles de observar. El proceso de crecimiento termina al final del verano. Entonces, los machos tendrán listas sus nuevas cornamentas para la época del celo y para volver a competir.

Huemul macho con sus astas recién creciendo en el Parque Nacional Cerro Castillo.  Fotografía de Vladimir Cerda

Este proceso se repite año tras año, alcanzando las cornamentas cada vez un tamaño mayor. Si el macho es joven (menos de dos años) es normal que le crezcan solo unas astas sin ningunas puntas, al año siguiente desarrollará una cornamenta con más puntas.

Los cuernos son resistentes pero dependen en gran parte de la alimentación que hayan llevado. Cuando comienzan a crecer están cubiertos de una delicada piel de terciopelo llamado borra el que protege las venas de sangre que transportan los nutrientes necesarios para que el hueso comience a crecer.

Una vez que la cuerna crece del todo, el cérvido se restriega contra los árboles y las ramas para deshacerse de la borra y dejar paso a la cornamenta.

Debido a su gran aporte de calcio y minerales, las cuernas que caen al suelo se las suelen comer las hembras, que se encuentran en la fase final del proceso de gestación o, los propios machos para reponer el enorme gasto energético que supone este cambio.

Huemul macho con sus astas cubiertas de borra en el parque nacional cerro castillo.  Fotografía de Vladimir Cerda

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