Mariano Sironi: una vida dedicada a la investigación y comprensión de la ballena franca austral
Mariano Sironi, científico cordobés, ha dedicado su carrera desde 1996 al estudio de la ballena franca austral. Es el co-fundador y Director Científico del Instituto de Conservación de Ballenas (ICB) en Argentina, una organización reconocida por su programa de investigación sobre este cetáceo, siendo el estudio por foto-identificación con mayor continuidad en el mundo.
Desde siempre, Sironi ha sido un apasionado del mar y su dedicación a comprender el comportamiento de la ballena franca austral es excepcional. Su amor por estos gigantes marinos trasciende lo superficial, desde la distancia contemplando y aprendiendo de las ballenas que, para él, son la esencia misma de los océanos:
“Porque lo utilizan en toda su extensión: van desde la superficie hasta la grandes profundidades, algunas están en el mar abierto a grandes distancias del continente, otras aprovechan el plancton como alimento o se alimentan de grandes vertebrados y viven desde los Trópicos y el Ecuador hasta los Polos Norte y Sur, migrando a lo largo de miles de kilómetros cada año. Es decir, su hogar es el mar entero. Por eso, para mí, representan la esencia del mar, y por eso estudio ballenas”, explica el biólogo.

El científico recuerda su primer encuentro con Mochita en el Golfo Nuevo, donde la vio nadando junto a su madre. Ha experimentado “encuentros de una emoción indescriptible” con las ballenas, reuniones entre dos mundos diferentes, que permitieron a Mariano observar el crecimiento de Mochita, convirtiéndose en una figura clave en el estudio del comportamiento y desarrollo social de las ballenas francas juveniles.
La ballenidad
El concepto de “ballenidad”, como lo llama Sironi, se ilustra en la historia de Hueso. Este ballenato identificado por una mancha en forma de hueso en su espalda, fue bautizado por el científico durante sus estudios en el Golfo San José. El co-fundador del ICB, mientras observaba a la cría, consideró que era muy activo, ya que estaba revoloteando alrededor de su madre.
Los reencuentros con Hueso, junto a sus propias crías, fue lo que demostró la persistencia de características individuales en estos cetáceos. Los ballenatos tenían algo en común: la energía, tal y como si se tratara de su madre cuando era una pequeña cría saltarina.


Mochita y Hueso desempeñaron un rol fundamental en el estudio del comportamiento de las ballenas. Observar a la especie durante largos periodos, presenciar su desarrollo y reproducción, permitió al biólogo comprender que, “cada una de ellas no era ‘una más’ en una gran masa de ballenas. Cada una es un individuo particular, con una historia de vida propia, con una personalidad propia, o tal vez una ‘ballenidad’ propia”.
Sironi ha observado que las ballenas pueden desarrollar preferencias por compañeros y lugares, “o momentos del día en los que su gozo como animales salvajes es mayor”. Mochita, por ejemplo, “demostró ser una ballena muy sociable. En particular, parecía disfrutar de la compañía de otras hembras de su misma edad, como Rombita y Hueso, con quienes la vi en varias ocasiones”.
Las ballenas juveniles que visitan la Península Valdés, lo hacen sin tener un beneficio evidente. Mariano Sironi comenta que con la observación de estos ejemplares, “ahora sabemos que buena parte del tiempo que pasan allí, lo hacen socializando y tal vez aprendiendo comportamientos que serán importantes en su vida como ballenas adultas”. El biólogo indaga en estos vínculos y afirma que es posible que “formen lazos de unión (…) que quizás sean importantes en el futuro y se mantengan durante toda su vida”.
A través de los estudios de este destacado científico, que nos invitan a adentrarnos en el fascinante mundo de las ballenas francas australes, se ha develado una dimensión que va más allá de lo puramente instintivo. Lo que nos recuerda que cada ballena es un ser único, con una personalidad e historia propia. La labor de Mariano Sironi destaca la importancia de proteger y preservar el hábitat marino en el que estas criaturas prosperan.
Para contribuir con la noble causa del Instituto de Conservación de Ballenas, la organización ofrece el Programa de Adopción Ballena Franca Austral. Esta iniciativa permite entrar en acción para protegerlas desde cualquier lugar, a través de a www.ballenas.org.ar

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