Biólogos descubren que los Selk’nam domesticaban a los zorros culpeos
Descubre la inusual elección de los antiguos habitantes de la Patagonia al domesticar zorros culpeo en lugar de perros comunes. Una historia única de interacción humano-animal revelada a través de fotografías históricas y análisis genéticos.
Un minucioso estudio llevado a cabo por investigadores del Centro de Ecología Aplicada (@capeschile) de la Universidad Católica ha arrojado luz sobre un intrigante aspecto de la historia de la Patagonia. Dirigidos por el afamado científico Fabián Jaksic, director del centro y Premio Nacional de Ciencias Naturales en 2018, y acompañado por el experto ecólogo Sergio Castro, el equipo de investigación se ha adentrado en las huellas ancestrales de los cánidos que compartieron su destino con las poblaciones originarias de la región.
Este intrigante análisis ha permitido revelar que las dinámicas entre las antiguas comunidades y sus fieles compañeros caninos poseían matices mucho más profundos y diversos de lo que se había supuesto hasta ahora.
Los resultados señalan que mientras las tribus canoeras, como los Kawésqars y Yaganes, mantenían la compañía de los perros comunes (Canis lupus), los Tehuelches y los Selk’nam, también conocidos como Onas y residentes de la Tierra del Fuego, eligieron domesticar al zorro culpeo (Lycalopex culpaeus) como su compañero leal.
Aunque el transcurso del tiempo ha mezclado en cierta medida los genes de estos zorros domesticados con los del perro común, las características genéticas originales de estos espíritus salvajes perviven en sus descendientes. No obstante, esta enigmática especie fue desplazada por la llegada de los perros europeos – caninos más dóciles y llamativos debido a sus patrones de manchas – que llegaron en las naves de los intrépidos expedicionarios.

Mujer Selk’nam de nombre Warkiol con su hijo y uno de estos perros que eran mezcla de zorros y Canis lupus. Fotografía de Otto Nordeskjöld el año 1897 y parte de la colección de Martín Gusinde.
Un vistazo a las imágenes históricas pinta un cuadro evocador de esta relación única. En una fotografía datada en 1897, capturada por el lente de Otto Nordenskjöld, emerge la figura de una mujer Selk’nam de nombre Warkiol, acompañada por su hijo y uno de estos curiosos perros, una fusión de zorro y Canis lupus. Otro instante congelado en el tiempo, procedente de 1910, nos muestra a un grupo de mujeres Selk’nam que comparten su presencia con uno de estos caninos autóctonos de Tierra del Fuego.
Es digno de mención que estas criaturas, con una historia de domesticación única y singular, representan los únicos zorros documentados en este contexto. La peculiar docilidad de estos animales facilitó, de alguna manera trágica, su fácil exterminio a manos de los colonizadores que arribaron a la región. Su distribución geográfica estaba íntimamente ligada a los asentamientos aborígenes fueguinos, principalmente en la porción central y austral de la isla Grande de Tierra del Fuego y en las tierras circundantes emergidas.

Dos perros fueguinos: Katekita (hembra) y Tapan (macho). Fotografía de Léon-Louis Chapon, Public domain, via Wikimedia Commons.
Hoy en día, los científicos esperan con expectación los resultados de un análisis genético que se llevará a cabo sobre muestras de pelo y tejido extraídas de un espécimen resguardado en el Museo Maggiorino Borgatello de Punta Arenas. Este análisis promete arrojar más luz sobre las complejas relaciones genéticas y la historia compartida entre estos perros-zorro y las culturas que los criaron.
Para los investigadores, este descubrimiento reviste una importancia trascendental. Más allá de las reivindicaciones sociales, económicas, culturales y religiosas asociadas a los Selk’nam, se alza la necesidad imperiosa de rescatar su patrimonio natural a través de un enfoque interdisciplinario de estudio que gire en torno a su peculiar compañero canino.
Aunque los detalles precisos de los procesos de domesticación puedan hallarse opacados por la bruma del tiempo, la memoria ancestral persiste en proclamar que los perros siempre fueron un entrelazamiento inseparable con la cultura, la vida cotidiana y las tradiciones.

Selk’nam cazando junto a sus perros fueginos. Fotografía de http://www.fund-edlb.org/postales.htm, Public domain, via Wikimedia Commons
En consonancia con estas revelaciones, en el Museo Regional Fagnano en Río Grande, Tierra del Fuego, es posible admirar una especie de este intrincado cánido, preservado a través de la técnica de embalsamamiento. Los estudios genéticos realizados en las muestras de pelo confirman que esta especie es en su mayoría un zorro, un testimonio viviente de la intrincada relación entre la humanidad y los animales que han sido moldeados por las manos del tiempo y la convivencia.

Familia Selk’nam junto a su perro fuegino. Fotografía de la colección de Martín Gusinde.
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