La lucha por la supervivencia de los alerces, un patrimonio natural único
Los alerces, con su imponente presencia y su asombrosa longevidad, son testigos silenciosos de años de historia natural. Sin embargo, la posible construcción de la ruta que atravesaría el Parque Nacional Alerce Costero pone en grave riesgo a los milenarios individuos y hace preguntarse si Chile realmente está comprometido con la conservación de su biodiversidad.
El Fitzroya cupressoides, es endémico de Sudamérica, crece exclusivamente en Chile y Argentina y es una de las especies de árboles más longevas de la Tierra, con ejemplares que pueden vivir más de 3.000 años. Estos árboles pueden alcanzar alturas impresionantes, superando los 50 metros. Su corteza es gruesa y de color rojizo, lo que les confiere resistencia al fuego y a enfermedades.
Además, sus bosques se encuentran entre los que más carbono capturan en todo el mundo y brindan servicios ecosistémicos críticos, así como una riqueza de información histórica y ambiental. Sin embargo, las poblaciones de alerce enfrentan un alto riesgo de extinción después de siglos de sobreexplotación y quema, y más recientemente, como resultado del cambio climático.
Sin embargo, la construcción del proyecto vial que busca establecer la ruta T-720 a través de su territorio amenaza gravemente el futuro de estos milenarios alerces. La propuesta ha generado un intenso debate entre aquellos que argumentan en favor de la conectividad y el desarrollo económico, y aquellos que defienden la preservación de los ecosistemas naturales y la protección de especies en peligro.

Bosque de alerces. Fotografía de Rocío Urrutia.
Los defensores de la ruta T-720 argumentan que mejorará la conectividad entre las comunas de Corral y La Unión, impulsando el desarrollo turístico y facilitando el acceso a servicios básicos para las comunidades locales. El mismo presidente Gabriel Boric, ratificó su apoyo al plan tras reunirse con los alcaldes de ambas comunas.
Sin embargo, la comunidad científica asegura que existen alternativas viables, como el mejoramiento de la ruta T-400, que no implicarían atravesar el Parque Nacional Alerce Costero y poner en riesgo ecosistemas frágiles y especies en peligro de extinción.
“Creo que todo lo que tiene que ver con evaluación de proyectos que pueden implicar un impacto tan grande en la naturaleza siempre se tiene que hacer de la forma correcta y dejar que los organismos competentes hagan su trabajo. En este CONAF ha estado haciendo la revisión del proyecto y objetando todas las veces que ha sido necesario no por un simple capricho, sino porque se va a afectar un parque nacional – que es la categoría más alta de conservación – una especie que está en peligro de extinción y que además es monumento natural”, afirma Rocío Urrutia Jalabert, presidenta de la Corporación Alerce e investigadora adjunta del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia – CR2.
Fue en junio pasado que la revista Science publicó una carta enviada por un grupo de científicos chilenos alertando sobre la situación. La prestigiosa revista no dudó en publicarla dado que la comunidad internacional le ha asignado una importancia muy grande a proteger nuestro bosque de alerces debido a que el individuo que podría ser el más longevo del mundo se encuentra en el parque.

Lechuzando descanzando en el Parque Nacional Alerce Costero. Fotografía de Carlos Contreras
Otra gran preocupación es el aumento del riesgo de incendios forestales. La evidencia científica muestra que los caminos, al incrementar el tránsito de personas, están directamente relacionados con un mayor riesgo de incendios forestales. En un país como Chile, donde los incendios son mayoritariamente causados por acciones humanas, la construcción de una nueva ruta que atraviese áreas naturales sensibles podría desencadenar incendios de alta energía, poniendo en peligro no solo los bosques de alerce, sino también las comunidades cercanas.
El impacto directo de la construcción de un camino sobre la flora y fauna de un parque nacional, especialmente cuando se trata de una especie tan emblemática y en peligro de extinción como el alerce, es motivo de preocupación. La tala y descepado de numerosos individuos de alerce y ciprés de las Güaitecas, así como el escurrimiento del ripio del camino sobre los bosques aledaños, podrían tener consecuencias irreversibles para estos ecosistemas únicos.
En la actualidad, el proyecto se encuentra en la fase de obtención de la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) a través de un Estudio de Impacto Ambiental (EIA) presentado en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA). Este proyecto, también conocido como Camino Viejo a La Unión, se encuentra en su etapa final, la cual consiste en un estrecho sendero que solo es transitable para vehículos 4×4. Este camino ha sido utilizado de forma recurrente hasta la década de los 80 y atraviesa bosques costeros donde abundan los árboles nativos.
“El Parque Nacional y los Alerces son de todos los chilenos. En este caso el MOP tiene que argumentar que este proyecto es de un interés nacional y las razones que ellos están argumentado a nosotros como científicos nos parecen que no son tales. Siempre hemos planteado que Corral es la comuna con problemas de conexión y que esos problemas se pueden solucionar de forma permanente con la ruta que conecta con Valdivia, un camino que siempre ha estado en muy malas condiciones”, asegura Urrutia.

Bosque de Alerces. Fotografía de Rocío Urrutia.
En un momento en que el mundo se enfrenta a una crisis climática y a una pérdida alarmante de biodiversidad, es fundamental tomar decisiones informadas y responsables en cuanto a la planificación y desarrollo de infraestructuras. La conservación de los últimos bosques de alerce y la protección de especies en peligro de extinción deben ser prioridades, junto con el impulso de alternativas sostenibles que promuevan la conectividad y el desarrollo sin comprometer la integridad de los ecosistemas naturales.
El Parque Nacional Alerce Costero representa una oportunidad única para proteger y restaurar un tesoro natural invaluable. Es necesario que las autoridades, la sociedad civil y los expertos trabajen en conjunto para encontrar soluciones que equilibren el desarrollo humano con la preservación de nuestra biodiversidad y el legado ambiental para las futuras generaciones. La decisión sobre la construcción de la ruta T-720 en el Parque Nacional Alerce Costero será un punto de inflexión en la historia de conservación de Chile y una prueba de nuestro compromiso con la protección de la naturaleza.
Los alerces son verdaderos guardianes de la historia, invitándonos a reflexionar sobre nuestra relación con la naturaleza y nuestro papel como seres responsables en su conservación
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