Mito o realidad: ¿Pueden los animales predecir terremotos?
¿Animales predictores de terremotos? Aunque las historias y creencias populares persisten, la evidencia científica aún no respalda completamente esta idea. Te contamos de los sucesos y estudios que han abierto la posibilidad al estudio del comportamiento animal ante eventos sísmicos.
Los chilenos estamos acostumbrados a los temblores, son parte de nuestro día a día. Mientras algunos se hacen sentir fuertes, otros pasan desapercibidos. Hemos forjado una relación peculiar con los terremotos, una comedia medio trágica en la que no faltan las personas que aseguran poder predecir los siguientes movimientos telúricos. Otros, por otro lado, creen que los animales podrían tener la capacidad de predecir estos fenómenos geológicos. Aunque sea una creencia popular, ¿existe realmente evidencia científica que la respalde?
A lo largo de los años, se han transmitido historias y anécdotas sobre animales que presentan comportamientos inusuales justo antes de un terremoto. Estos relatos han alimentado la idea de que los animales poseen un sexto sentido que les permite percibir los movimientos sísmicos antes de que ocurran.
El mito data desde el 373 a. C., cuando los historiadores registraron que los animales, incluidas ratas, serpientes y comadrejas, abandonaron la ciudad griega de Helice en masa solo unos días antes de que un terremoto devastara el lugar.
Desde entonces, a lo largo de los siglos han surgido relatos de anticipación animal similar de los terremotos: perros ladrando incesantemente, vacas deteniendo la producción de leche, sapos saltando de estanques. Innumerables dueños de mascotas afirmaron haber visto a sus gatos y perros actuar de manera extraña antes de que el suelo temblara: ladraban o gemían sin motivo aparente, o mostraban signos de nerviosismo e inquietud.

Pero precisamente lo que sienten los animales, si es que sienten algo, es un misterio. Una teoría es que las criaturas salvajes y domésticas sienten la Tierra vibrar antes que los humanos. Otras ideas sugieren que detectan cambios eléctricos en el aire o el gas liberado de la Tierra.
También ha habido ejemplos en los que las autoridades han pronosticado con éxito un gran terremoto, basándose en parte en la observación del extraño comportamiento de los perros de la ciudad. Fue en 1975 que las autoridades chinas ordenaron la evacuación de Haicheng, una ciudad con un millón de habitantes, pocos días antes de un terremoto de magnitud 7,3. Solo una pequeña parte de la población resultó herida o muerta. Si la ciudad no hubiera sido evacuada, se estima que el número de muertos y heridos podría haber superado los 150.000.
Según Andy Michael, geofísico del Servicio Geológico de los Estados Unidos en conversación con Natgeo, afirmó que “el incidente de Haicheng es lo que le dio a la gente la esperanza de que los terremotos pudieran ser predecibles, y lo que impulsó los estudios de comportamiento animal del USGS”.
En un estudio de 2013, científicos alemanes grabaron en video hormigas rojas que anidaban a lo largo de una falla y descubrieron que cambiaban su rutina habitual antes de un terremoto, volviéndose más activas durante la noche y menos activas durante el día. Pero la mayoría de estos intentos se han basado en gran medida en evidencia anecdótica y observaciones individuales, según una revisión de 2018 de la revista Bulletin of the Seismological Society of America que examinó 180 estudios anteriores.

Hace poco, en 2020, investigadores del Instituto Max Planck de Comportamiento Animal y la Universidad de Konstanz, ambos en Alemania, lograron medir con precisión el aumento de la actividad en animales de granja antes de la actividad sísmica. Aunque aún no se ha demostrado un vínculo definitivo entre el comportamiento animal y los terremotos, los científicos consideran que este hallazgo es un paso significativo en la búsqueda de respuestas.
Durante el estudio, se utilizaron instrumentos altamente sensibles que registraban movimientos acelerados en cualquier dirección. Se colocaron dispositivos de registro biológico y sensores GPS en vacas, ovejas y perros que vivían en una granja en una zona propensa a terremotos en el norte de Italia. Se observó un aumento significativo en la actividad de los animales antes de terremotos de magnitud 3.8 o superiores cuando estaban juntos en un establo.
La teoría del comportamiento colectivo respalda esta observación, ya que se ha encontrado que diversos grupos de animales comparten información que mejora sus habilidades de supervivencia. Sin embargo, algunos expertos se muestran escépticos y sugieren que estos comportamientos podrían ser solo efectos secundarios y no necesariamente una señal de predicción de terremotos.
Por otro lado, sí es posible que algunos animales puedan notar ciertos temblores. Según el Instituto Geográfico Nacional de España, muchos de los casos documentados podrían mostrar que los animales notan unos temblores llamados ocurrencia sismicidad premonitora, pequeños temblores que ocurren muy ocasionalmente antes de algunos terremotos. Sin embargo, estos pequeños temblores no pueden usarse para predecir sismos, ya que solo pueden asociarse a un terremoto más grande una vez éste ya ha pasado. Es decir, en estos casos, el comportamiento de los animales sería sólo un efecto secundario y no podrían usarse para predecir terremotos.
“Los perros pueden sentir un temblor o un sismo un par de minutos antes que nosotros porque tienen el oído más agudo, por eso se alteran antes, algunos empiezan a ladrar, algunos modifican su conducta, suben y bajan escaleras”, comenta Fernando Pizarro, médico veterinario de la Universidad de Chile.
Pizarro, como el resto de la comunidad científica advierten que es importante basarse en información respaldada por pruebas empíricas y conocimiento científico actual para comprender totalmente el comportamiento animal en relación con los terremotos.

La falta de pruebas científicas sólidas se debe a la complejidad de estudiar el comportamiento animal en relación con los terremotos, así como a la necesidad de una recopilación de datos a largo plazo y una metodología rigurosa.
A medida que la investigación científica continúa explorando esta posibilidad, se están llevando a cabo nuevos proyectos en diferentes regiones del mundo para estudiar la relación entre el comportamiento animal y los terremotos. Aunque aún queda mucho por descubrir, los investigadores consideran que es una búsqueda emocionante y necesaria para comprender mejor nuestra conexión con la naturaleza y los fenómenos sísmicos.
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