Ramón Navarro: 20 años disfrutando y protegiendo la naturaleza
El surf llegó a su vida de manera accidental, hijo de una familia de pescadores en Pichilemu, Ramón Navarro creció junto al mar y lo que comenzó como un pasatiempo, se transformó rápidamente en una pasión que moldearía su vida, llevándolo a las olas más grandes del mundo y convirtiéndolo en una de las figuras más influyentes del surf chileno e internacional. Esta entrevista que realizamos a este gran referente del deporte en Chile la llevamos a cabo gracias al apoyo de nuestros partners de Stanely y Opinel en Chile.
Para Ramón Navarro (44), el surf es más que una actividad física, es un constante desafío y una forma de conectarse con el océano. “Es un deporte donde los límites los pones tú, siempre va haber una ola más grande y más peligrosa. Uno jamás va a poder dominar al mar y yo creo que eso es lo que me motiva todos los días, seguir aprendiendo y empujando mis límites hasta donde más pueda y hasta donde la edad me deje”, confesó.

A lo largo de su trayectoria ha desafiado olas en destinos como Hawaii, Fiji, Indonesia y Rapa Nui, reafirmando su conexión con el océano. Ha demostrado su capacidad de enfrentarse ante olas gigantes en competencia como el Quiksilver Ceremonial en Punta de Lobos, también ha sido nominado varias veces a Billabong XXL Big Wave Award. Su valentía lo ha llevado a surfear olas en lugares como Cloudbreak en Fiji, La Bestia en Iquique, Waimea Bay en Hawaii y Todos los Santos en México.
Durante su carrera no solo ha competido en algunos de los escenarios más exigentes, sino que también ha utilizado su plataforma para abogar por la preservación de la naturaleza. Compromiso que se evidencia desde su participación en la Fundación y Corporación Punta de Lobos y de la Fundación Parley, hasta su manera de pensar.
“Desde que me di cuenta que mi voz podía ser escuchada y que también podíamos generar cambios, tomé la decisión de utilizar todos esos contactos y formar parte del equipo que le dio vida al proyecto Fundación Punta de Lobos para proteger el lugar en donde crecí y aprendí a surfear”, comentó Navarro.

Créditos: Rodrigo Farias Moreno.

Créditos: Rodrigo Farias Moreno.
También destacó el trabajo de limpieza de playas de la Fundación Parley que «tiene una figura de ONG y empresa, pues es una red de colaboración , para la protección de los océanos” que no solo contribuye a la restauración de ecosistemas, sino que también promueve la educación medioambiental. Gracias a estas acciones, la fundación ha logrado movilizar a comunidades locales, involucrando a personas de diferentes rangos etarios, desde Arica a Punta Arenas.
“Es muy lindo ver como uno vuelve cada año al lugar donde se ha hecho una limpieza y hay más gente involucrada”, confesó.
Por otra parte, Navarro expresó su emoción ante la existencia de la Escuela de Océano Parley Rompedientes de Pichilemu, un proyecto único en Latinoamérica, centrado en la enseñanza de nuevas generaciones sobre la conservación de océanos, “creo que es mi manera de retribuir, más que logros deportivos, dejar un legado tangible para nuevas generaciones”.
En cuanto al crecimiento del surf en Chile Ramón Navarro ha sido protagonista y testigo de una transformación importante. “Hace 20 años el surf profesional era algo muy difícil de ver o soñar. Hoy en día hay entrenadores, muchas marcas y un acceso mucho más fácil a los equipamientos”. Sin embargo, junto a este crecimiento ha aumentado la presión sobre los recursos naturales y el borde costero, lo que según Ramón, requiere una planificación para evitar la sobreexplotación y garantizar un desarrollo sostenible.

Créditos: Rodrigo Farias Moreno.
Reflexiones sobre la comunidad y la conservación
Ramón Navarro ha vivido desde cerca la evolución del surf chileno y su impacto en la comunidad. Sus más de dos décadas en esta disciplina le han permitido observar la expansión del surf y los desafíos que enfrenta la conservación del océano. Para él, el acceso a las playas y lagos debería estar garantizado para todos los chilenos, sin barreras económicas que lo limiten.
En cuanto a conservación, destacó la importancia de regular la industria salmonera y enfrentar la contaminación generada por décadas de esta actividad. “No se trata de atacar a una industria u otra, sino que es pensar a futuro. Tener un plan a largo plazo», sostuvo.
Para Ramón, estos esfuerzos son para un bien común y vitales para preservar los océanos, convirtiendo el surf en algo más que un deporte: un estilo de vida que impulsa la conservación del medioambiente.

Créditos: Rodrigo Farias Moreno.

Créditos: Alejandro Berger Parrado.
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